Buenas noticias para el sector de las reformas en el primer trimestre del año. Los permisos para reformar o restaurar casas entre enero y junio crecieron un 14% con respecto al mismo periodo del año anterior, hasta sumar visados para 7.073 viviendas por este motivo, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. A ello se une que las ampliaciones, que en números absolutos representan poco volumen (visados para 902 casas, la cifra más alta de la última década) se dispararon un 44%.
Mientras tanto, la construcción de obra nueva no termina de despegar. Entre enero y marzo de este año los colegios de arquitectos técnicos de toda España registraron permisos para levantar 23.783 casas, un 0,6% menos que en el arranque de 2020. Lo positivo, no obstante, es que la cifra está ya muy cerca del ritmo que llevaba el sector promotor antes de la pandemia y que crece por tercer trimestre consecutivo. Si con el confinamiento el segundo trimestre de 2020 fue catastrófico (permisos para unas 18.000 nuevas casas), los datos trimestrales no han dejado de crecer desde entonces.
Para la rehabilitación, todas las noticias son positivas. El aumento de visados muestra que la recuperación del sector empieza a encarrilarse meses antes incluso de la llegada de fondos europeos. La rehabilitación energética es una de las materias en las que Europa tiene más interés —los edificios se consideran responsables de un 40% de las emisiones de dióxido de carbono del continente— y el Gobierno ha destinado casi 6.000 millones a programas para reformar casas y otros inmuebles y hacerlos más ecológicos. Pero pese al crecimiento del 14%, queda muchísimo camino: las 7.000 viviendas en cifras absolutas (casi 8.000 si se suman las ampliaciones) están en la media de los últimos años, previos al coronavirus, en que España rehabilitaba unas 30.000 casas al año. Para enderezar los planes europeos se necesita multiplicar esa cifra por cinco, hasta unas 150.000 viviendas anuales. Y como el dinero no llegará antes de septiembre y los programas aún se están ultimando, el acelerón que hará falta este año es crucial.
En cuanto a la construcción de nueva vivienda, pese a que los datos casi calcan los del primer trimestre del año pasado, el ritmo del sector todavía queda lejos de las alrededor de 28.000 viviendas trimestrales que se empezaban a mediados de 2019. Si hace años los promotores apuntaban a las 150.000 viviendas anuales (es decir, 37.500 trimestrales) como la velocidad de crucero óptima de España, hace ya meses que han tirado esa toalla y ahora se habla de recuperar la marca de las 100.000 viviendas anuales, que se alcanzó en 2018 y 2019 y quedó lejos el año pasado (unas 85.000).
No obstante, el desglose por tipos de vivienda deja también datos curiosos. En un contexto en que las preferencias de los compradores han cambiado, nadie sabe si temporal o definitivamente, la construcción de nuevos unifamiliares creció en el primer trimestre un 17,6% (6.071 viviendas) mientras que los pisos en bloques (17.702, en cifras absolutas) retrocedieron un 5,6%.
En cuanto a las seis mayores ciudades españolas, sumando todos los visados para construcción (obra nueva más ampliaciones y reformas), la evolución de la actividad es muy dispar. En Madrid, el número de viviendas para las que se solicitó visado entre enero y marzo sufre grandes retrocesos tanto respecto al mismo periodo de 2020 (-26%) como respecto al trimestre previo (-34%). Lo mismo sucede en Zaragoza, con una caída trimestral del 61%, que se amortigua hasta el 18% en términos anuales. También retroceden respecto al trimestre previo Sevilla (-56%) y Málaga (-13%), pero ambas resisten en positivo al compararlas con el primer trimestre de 2020 (con un crecimiento del 14% en Sevilla y del 41% en Málaga). Valencia es la que más retrocede en términos anuales, un 44%, pero muestra una vigorosa recuperación respecto al trimestre previo, con una subida del 46%. Y Barcelona es la única que acaba en positivo tanto en términos interanuales (49%) como trimestrales (23%).